En los escasos siguientes siete metros, te has encontrado ya cuatro trozos de papel de un tamaño considerable, pisoteados.
Decides recogerlos para tirarlos a una papelera cuando tengas ocasión, pero al tocar una de las hojas, se revela un anuncio lleno de color que invita a un aperitivo para celebrar el tricentenario de la reconstrucción de la plaza mágica que se encuentra a pocos metros, al final de la calle.